jueves, 16 de octubre de 2014

NADIE SABE



Nadie sabe
que el hombre de la sonrisa eterna
desvanece entre cuatro paredes
donde aparece el niño asustado.

Que en sus negras noches
le ronda el secreto de su libertad
y le acecha el pánico frío
de reconciliarse con la muerte.

Que tambalea en la cuerda floja
y hace filigranas, por mantenerse
al filo transcendente de la vida
donde crujen los cimientos.

Que su antídoto es mentira
y su pasado le lleva al terror
que resarce su médula, a escondidas
y que llora durmiendo en el infierno.

Que en el profundo pozo de sus ojos
ahogados en recónditas mareas
le arrasa el volcán de sus entrañas
y aparece el niño triste que alimenta.

Nadie sabe…
Y ahora, aquí muere la verdad
donde refugiar su quimera.




Isabel Garrido.





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